SEMANA 12 (18/1-25/1)

Bienvenidos a mi blog de nuevo!!

Esta semana hemos empezado bastante fuerte: una disertación. Se nos plantearon bastantes temas, todos ellos con una mayor dificultad que los del primer trimestre como es lógico. Iban desde cuándo se puede saber que conocemos a una persona hasta los límites de la libertad. Sin embargo, yo me decidí por un tema que aunque era de los más difíciles fue el que más me llamó la atención: ¿El ser humano es bueno por naturaleza?

Tengo que admitir que durante estos últimos días me frustré un poco porque no tenía bastantes ideas claras o eran muy enrevesadas.  Empecé con una lluvia de ideas en la que puse básicamente lo que se me venía a la cabeza cuando pensaba en la pregunta, y tampoco es que fuesen demasiadas. Busqué en internet algunos argumentos y también pregunté a mis compañeros y familiares, pero seguía sin estar inspirada. 

Decidí tomármelo con calma porque sabía la complejidad del tema, pero a finales de semana ya me vino la inspiración. Lo primero que puse fue que nacemos como seres inocentes que no tenemos personalidad, y que según lo que vemos nos comportamos de esa manera. Otra cosa que me renía bastante clara y que pensé nada más empezar a pensar en el tema es que no existe ni el bien ni el mal, porque cada uno de nosotros tiene unos conceptos distintos o parecidos pero siempre con un matiz. El bien y el mal se definen según las vivencias y lo que le hayan enseñado a cada uno desde pequeños, y como cada persona ha vivido unas determinadas circunstancias en su vida, es bastante difícil o casi imposible recoger todas las percepciones de la gente en una sola definición, y por ello puse lo que significaban para mí. Creo que el mal aparece cuando tus actitudes influyen de manera negativa en otra persona o personas, o cuando afecta a un determinado aspecto de tu vida de manera perjudicial. Asimismo, los malos no son tan malos, y esto me hizo reflexionar con un ejemplo práctico: hasta los terroristas más buscados fueron en su día niños inocentes o jóvenes como nosotros que luchaban por hacerse eco en su grupo cercano y sentirse escuchados. Otra cosa distinta es la manera en la que les han afectado los cambios o nuevas influencias en sus vidas. 

Este fue uno de los enfoques en los que quería centrarme dentro de la disertación, el de cómo definir o no definir el bien y el mal, y si de alguna manera están conectados, y creo que la semana que viene seguiré investigando un poco más a fondo sobre el tema, y algo que a mí también me ayuda es pensarlo con la almohada. Es algo que hago casi siempre, y en ese momento siempre se me vienen a la cabeza buenas ideas. Espero que esta vez sea una de esas ocasiones!

 

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