SEMANA 23 (29/4)
Hola de nuevo!
Esta semana hemos empezado una actividad que al menos a mí me hizo filosofar bastante, que consistía en distintas situaciones donde se relataban diferentes casos donde tú debías de dar tu opinión sobre qué hacer y ponerte de acuerdo con el resto del grupo.
¿Qué aprendí y cómo?
Aprendí sobre todo a ponerme en la piel del otro, y a que de una misma historia se pueden sacar conclusiones muy distintas dependiendo de la perspectiva que se tome. La verdad es que debatiéndolo con mis compañeros también se llega a entender un poco mejor los puntos de vista con los que puede que no estés de acuerdo, pero creo que así se definen mejor las ideas. Sabiendo los puntos a favor y los puntos en contra de cada uno. Sin embargo, también aprendí que en estas situaciones no hay respuesta correcta o incorrecta, ya que va según el criterio de cada uno y de lo que le hayan enseñado. Habían situaciones en las que la respuesta era más clara, como en el caso de que si un niño con discapacidad debería de tener más facilidades a la hora de entrar en la universidad que otro con las mismas cualidades intelectuales pero sin discapacidad, en la cual todos estuvimos de acuerdo. Yo en este caso opino claramente que al igual que todos deberíamos de tener las mismas oportunidades a la hora de nuestro futuro universitario como laboral, ni más ni menos. Independientemente de las cualidades físicas, raciales o de edad, creo que lo ideal sería ser lo más objetivo posible y elegir al candidato que sea más apto para ese puesto a nivel intelectual y de calificaciones. Es cierto que al tener una discapacidad el esfuerzo y el mérito es el doble, pero al final siempre se debe de ceñir a los resultados.
¿Para qué me sirve?
A mí me ayudó a entender mejor a la gente. Muchas veces nos cuesta ponernos en el lugar del otro cuando tienen una opnión diferente a la nuestra, y más con las situaciones que nos ponían en el libro, esos dilemas que a pesar de que nunca los hayamos experimentado, puede que personas cercanas a nosotros las puedan experimentar en algún momento de sus vidas y así les podamos aconsejar mejor. Además por supuesto sirve para abrir más la mente a nuevas ideas que puede que no nos hayamos replanteado nunca, que es básicamente el objetivo de esta asignatura bajo mi punto de vista.
¿Qué sentí?
Al principio me pareció una actividad bastante entretenida y pensé que sería fácil, pero luego me dí cuenta de que a medida que íbamos leyendo las distintas situaciones se te pasaban mil ideas distintas por la cabeza y me costó bastante decantarme por una, la que yo considerase más correcta. Me dí cuenta de que no siempre lo moral es lo que más te va a favorecer pero puede que sea lo más "correcto" según lo que te han enseñado. En definitiva, me pareció algo difícil pero bastante útil.
Esto me recuerda a un dilema moral que trabajamos hace tiempo en otra asignatura que era el siguiente:
Esta semana hemos empezado una actividad que al menos a mí me hizo filosofar bastante, que consistía en distintas situaciones donde se relataban diferentes casos donde tú debías de dar tu opinión sobre qué hacer y ponerte de acuerdo con el resto del grupo.
¿Qué aprendí y cómo?
Aprendí sobre todo a ponerme en la piel del otro, y a que de una misma historia se pueden sacar conclusiones muy distintas dependiendo de la perspectiva que se tome. La verdad es que debatiéndolo con mis compañeros también se llega a entender un poco mejor los puntos de vista con los que puede que no estés de acuerdo, pero creo que así se definen mejor las ideas. Sabiendo los puntos a favor y los puntos en contra de cada uno. Sin embargo, también aprendí que en estas situaciones no hay respuesta correcta o incorrecta, ya que va según el criterio de cada uno y de lo que le hayan enseñado. Habían situaciones en las que la respuesta era más clara, como en el caso de que si un niño con discapacidad debería de tener más facilidades a la hora de entrar en la universidad que otro con las mismas cualidades intelectuales pero sin discapacidad, en la cual todos estuvimos de acuerdo. Yo en este caso opino claramente que al igual que todos deberíamos de tener las mismas oportunidades a la hora de nuestro futuro universitario como laboral, ni más ni menos. Independientemente de las cualidades físicas, raciales o de edad, creo que lo ideal sería ser lo más objetivo posible y elegir al candidato que sea más apto para ese puesto a nivel intelectual y de calificaciones. Es cierto que al tener una discapacidad el esfuerzo y el mérito es el doble, pero al final siempre se debe de ceñir a los resultados.
¿Para qué me sirve?
A mí me ayudó a entender mejor a la gente. Muchas veces nos cuesta ponernos en el lugar del otro cuando tienen una opnión diferente a la nuestra, y más con las situaciones que nos ponían en el libro, esos dilemas que a pesar de que nunca los hayamos experimentado, puede que personas cercanas a nosotros las puedan experimentar en algún momento de sus vidas y así les podamos aconsejar mejor. Además por supuesto sirve para abrir más la mente a nuevas ideas que puede que no nos hayamos replanteado nunca, que es básicamente el objetivo de esta asignatura bajo mi punto de vista.
¿Qué sentí?
Al principio me pareció una actividad bastante entretenida y pensé que sería fácil, pero luego me dí cuenta de que a medida que íbamos leyendo las distintas situaciones se te pasaban mil ideas distintas por la cabeza y me costó bastante decantarme por una, la que yo considerase más correcta. Me dí cuenta de que no siempre lo moral es lo que más te va a favorecer pero puede que sea lo más "correcto" según lo que te han enseñado. En definitiva, me pareció algo difícil pero bastante útil.
Esto me recuerda a un dilema moral que trabajamos hace tiempo en otra asignatura que era el siguiente:
- "A ti y a tu cómplice los declaran culpables de un robo: colocados en distintas celdas, ofrecen delatarse el uno al otro. Si guardan silencio, pasarán un año en prisión. Si los dos se delatan, dos años. Pero si uno habla y otro calla, el que guarde silencio estará entre rejas durante 3 años y el que habló se librará. Desconoces por completo la respuesta de tu cómplice. ¿Qué harías?"
Sin duda el tema de los dilemas morales es uno de los temas que más me están gustando de Filosofía, porque aparte de entretenidos te ayudan a profundizar mucho las respuestas, y a no decir lo primero que se piensa sino ir más allá. Es lo que me pasa con el dilema de arriba: De primeras diría que serle fiel a mi amigo, pero ¿y qué pasa con mi condena?
Les dejo filosofando...

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